jueves, 23 de enero de 2014

Santiago on the go.



Cuando llegué a vivir a Santiago, años atrás, era una sureña enamorada de los paisajes verdosos y el agua cristalina, las construcciones no muy altas, y el ir después de almuerzo al lago a nadar.

Pero el choque, lo extremadamente opuesto que es Santiago de Villarrica (de mi corazón), no me espantó ni salí corriendo de vuelta a casita, solo hizo más fácil que también me enamorara de esta ciudad.

De noche el Mapocho se ve menos indecente.



Supongo que la gente que nació y creció en la capital está demasiado acostumbrada a lo que es, lo que tiene, y poco disfruta de los detalles que le hacen tan rica. O quizá es que nunca maduré, pero todo lo que veo, cada lugar nuevo que he visitado me ha parecido maravilloso.

Con los años aquí agarré una manía, que ha empeorado desde la aparición de los smartphones, harto más cómodos que andar con cámaras gigantes por todos lados. Mi manía de sacarle foto a cuanta cosa bella encuentro en Santiago. 

Lo hago en toda ciudad en que esté, pero obviamente siempre hay más fotos de aquí porque es donde vivo, duh. Y pensé que lo mejor que podía hacer con esas fotos, era que los santiaguinos se dieran cuenta de lo que tienen alrededor.

¿Cómo va a ser posible que yo le tenga más amor a su ciudad que ellos mismos? Puede que sea la rapidez en la que Santiago vive, le hace compatible conmigo, pero hay tanto edificio con arquitectura hermosa (y yo nada sé de arquitecura), las iglesias son la cosa más hermosa en esta ciudad.


Iglesia de los Sacramentinos
Palacio de La Moneda desde la Plaza de la Constitución



El casco histórico, de tan viejo que es, llega a ser adorable. Aun cuando se está llenando a edificios muy modernos y altos, no pierde su encanto, eso que hace que puedas pararte en algún rincón y sentir que estás en cualquier otra ciudad del mundo.

Supongo que es porque a Santiago le gusta hacerse la gran ciudad cosmopolita,  tipo Nueva York o Paris, y tiene lugares que como si no bastara con parecerse a esas ciudades, llevan sus nombres.

Barrio Paris-Londres, Oh la la.
GAM


Y no es solo belleza estructural, hay unos atardeceres hermosos, con colores maravillosos. Esto ocurre por el smog. Según un profe de fotografía, que en la universidad me discutía sobre qué cielo era más fotogénico, Santiago tiene amaneceres y atardeceres hermosos porque las partículas de contaminación generan cambios en el color de la luz del sol a esas horas, haciéndolo más llamativo que el cielo limpio. No sé si me habrá estado engrupiendo.

El hermoso efecto del smog (?)

Esponjocitas



Entonces yo propongo que la próxima vez que vayan al Paseo Ahumada, se acuerden que cerquita hay mucho más que solo gente chocando al caminar. Porque Santiago es mucho más que esto:

El lugar con peor señal de Entel.


Y si aun así no logran encontrarle la belleza a Santiago, pueden arrancarse a la magia del sur.


*nota: todas las fotos me pertenecen, la niñita con los globos es mi marca, lo que afirma la teoría de que me maravilla todo en Santiago porque nunca maduré.



4 comentarios:

  1. Lindas fotos. Yo se que Santiago es un bello lugar, y la gente no se da cuenta lamentablemente.

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    1. =) Gracias
      Ya se vendrán más! hay que recorrer, o derrepente es cosa de aprender a mirar de nuevo lo que ya se conoce.

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  2. A mi me gusta santiago por todos los lugares que tienes para visitar, a diferencia de las regiones que de repente uno se puede aburrir un poco. Me encantan las construcciones de edificios extraños que existen acá que rara vez puedes encontrar en una cuidad más pequeña y eso la hace muy especial.

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    1. Cierto! Yo creo que la máxima impresión que me llevé, fue cuando vi un edificio con pasto en sus paredes. por allá en el límite LasCondes/Vitacura/Providencia.

      Gracias por leernos! =)

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