La Gala de Viña es uno de los eventos/alfombras rojas/pelambre/momento fashion, más comentado del verano en Chile, quizá del año entero.
A mi me pasa que es como hacer el ensayo para los Oscars, que son este domingo. Aquí nadie pierde o gana, no hay películas de las que nos enamoramos, pero el ensayo para mi va por otro lado: Veo qué copete prepararé, qué haremos de picoteo, qué tantas almohadas tengo que acomodar a mi alrededor para echarme a mirar tele.
Pero no me dan ganas de hacer un recuento de mejor o peor vestidas, porque igual lo leeré en algún blog de los que sigo. Sin embargo hubo algo que me llamó tanto, pero tanto la atención, que no puedo dejarlo pasar: Crespita Rodriguez.
No su look, no sus accesorios, no su pelo. Su actitud.