Hace varios años atrás, viajar en avión tanto dentro como fuera de Chile solía ser un privilegio. Los pasajes eran carísimos y en un país donde la conexión ferroviaria casi no existe, los buses parecían dominar el panorama del transporte interurbano. Al haber nacido en la región más extrema y austral -mi querida Magallanes- desde chica tuve la fortuna de hacer viajes en auto o avión cuando queríamos ir a visitar a mi familia paterna en Puerto Montt o recorrer y conocer el resto del país en las vacaciones. Luego, al iniciar mi vida universitaria me vine con todas mis pilchas a la gran capital, lo que implicó estar anualmente comprando pasajes con 3 o 6 meses de anticipación para poder pasar las fiestas de fin de año o mi cumpleaños con mi familia sin tener que pagar más de 100 mil pesos por un pasaje "económico" del monopolio de LAN. Hasta que llegaron las líneas low cost.
Este 2017, por esas cosas de la vida, en un corto periodo de meses pude viajar en LATAM (antes LAN), Sky Airlines y JetSmart. Viajes cortos sin grandes equipajes. Así que ¿por qué no compararlas?