De todos los ganadores por los que uno se ha abanderado esperando que gane el premio Oscar, este debe ser el más especial. Porque por primera vez hay un premio tan importante que se lo gana un país tan poco considerado en el mundo del cine, como lo es Chile.
Y en medio de la emoción que sentimos por este premio que se han ganado, hay un montón de emociones agregadas por el significado que adquiere el que se hayan ganado este premio.
La metáfora del circo y la ansias de libertad del oso por regresar con su familia, conmueven, ver una historia que en Chile todos conocemos, pero relatada en la sutileza de una emoción.
He visto por años a tanta gente muy llena de sí misma, tan obsesionadas con la intelectualidad y en rebuscar en elementos que les permitan hacer una obra en exceso pretenciosa. Y también he visto un montón de gente que quiere tanto el éxito comercial, que hacen cualquier cosa que llame la atención para ganar más. Y aquí, en la historia de este oso, hay un equilibrio que conmueve. No pretende ser una obra exageradamente intelectual y superior, no busca ser un éxito de taquilla que busca hacer que todos se metan la mano al bolsillo.
Cuenta una historia, simple, emocionante, una historia familiar tan exquisita que te eriza la piel. Y yo siempre he sido una fiel creyente que en esa clase de historias, está la grandeza del cine. Por mucho que me guste la ciencia ficción, las películas de mitología y un montón de otros géneros. Ésta es la forma de relatar historias que me hizo enamorarme del cine y estudiar lo que estudié.
En Chile es difícil vivir de este arte cinematográfico,
porque uno debe comer, pagar gastos básicos, tener plata para la micro,
y vivir de fondos cinematográficos chilenos es prácticamente imposible.
Chile es un país donde cuesta hacer cine porque nadie tiene los recursos ilimitados de las producciones estadounidenses, hay que postular a un montón de fondos que implican tanta burocracia y papeleo, que muchas veces uno se pierde. Hay que hacer más malabares de presupuesto que los que hace el oso en el circo del cortometraje, todo para luego caer en la siguiente ronda de búsqueda de difusión, y hay muchas historias que quedan tiradas en el camino perdidas en las inconsistencias de esa burocracia.
No conozco a los creadores de "Historia de un oso", pero de lo poco que sé sobre su proceso, entiendo que son personas que se esforzaron, que creyeron en su obra, que lucharon contra la burocracia, los recursos, la falta de amor y apoyo al arte en Chile, y ahora obtuvieron un premio totalmente merecido, que sin embargo, nos llena de orgullo a todos.
Espero que lo que acaba de ocurrir sirva para dar un impulso. Para que existan más recursos para desarrollar el arte en Chile, no solo el cine. Para que los artistas y creativos puedan vivir de ello y no tener que dividirse entre un trabajo latero que les ayude a pasar el mes, y hacerse el tiempo para desarrollar sus ideas.
Y sobre todo que sirva de inspiración para todas las personas llenas de ideas que muchas veces no creen en lo que están haciendo, porque parece muy simple al lado de las ideas grandilocuentes de un montón de ególatras a su alrededor. Hay magia en la simpleza de relatar historias, y es esa magia lo que enriquece esta "Historia de un oso".
He estado enamorada de un montón de historias y he sido feliz cuando se ganan un Oscar, pero ésta debe ser la más especial e inspiradora de todas.
Gracias al equipo de "Historia de un oso" por hacer que todos tengamos un poco más de fe en que sí se puede.
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